lunes, mayo 31, 2010


Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día. Y no nos damos cuenta que es ella quien nos tiene que encontrarnos. Y eso será donde menos te lo esperas. En el instituto, en el supermercado, o en mitad de una vida... Y cuando llega descubres que ahí no acaba todo. Que el final de un camino, solo es el principio de otro. Y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado. Aunque sea para esconderte en un desierto. Y esconderte es lo que menos importa... Lo que importa es que estas tocando con la llema de los dedos, eso que has estado soñando toda tu vida. Y ya solo importa el hoy, el presente, y lo que queda por vivir. Aunque no se puede borrar lo que ya esta escrito. Y porque la vida, es lo que te sucede, mientras tu tratas de hacer otra cosa.


sábado, mayo 29, 2010

Graduación



Hay días normales, días especiales, días de celebración, días que son únicos y más únicos son si los pasas con la persona más importante de tu vida. El día de ayer fue un día de celebración pero eso no fue lo más importante, lo mejor de la noche de ayer fue poder celebrarla a su lado, porque fue una noche especial y preciosa. Gracias por estar a mi lado en este día. Te quiero

jueves, mayo 27, 2010

Se cambia...

Desde muy pequeña deseaba crecer y que pasase el tiempo, tener la familia perfecta, con mi marido perfecto, y mis dos hijos perfectos. Con una casa que deslumbrara buen gusto y belleza, con un jardin inmenso en el que pasar las tardes calurosas o cenar las noches de verano. Eso todo era un sueño...una idiotez que tenía en la cabeza... Ahora fui creciendo y madurando, y podría decir que deseo eso, pero mentiría, lo único que deseo es pasar el resto de mi vida con las personas a las que quiero y las que me quieren, aunque no sean perfectas, porque tampoco yo lo soy, y no busco la perfección, busco la amistad, el amor, la fidelidad, la confianza, la lealtad... Busco mi vida perfecta tal y como la sueño ahora, con esas personas que están ahí día a día, con esas personas sin las que no podría vivir... Ese es mi sueño, una vida rodeada de los mejores, por lo menos para mí

miércoles, mayo 26, 2010

Free Hugs

La campaña Free Hugs es un movimiento social que involucra a personas que ofrezcan abrazos a desconocidos en lugares publicos. La campaña en su forma actual se inició en 2004 por "Juan Mann"
La campaña de abrazos gratis en su forma actual fue iniciado por Juan Mann el 30 de junio de 2004, cuando comenzó a repartir abrazos en el Mall San Pitt
En los meses previos a esto, Mann se sentía deprimida y sola, como resultado de numerosas dificultades personales. Sin embargo, un abrazo al azar de un extraño hecho una enorme diferencia, con Mann afirma que "... fui a una fiesta, una noche y una persona completamente al azar se me acercó y me dio un abrazo. Me sentía como un rey!

Es una costumbre bonita y necesaria, porque hay veces que por orgullo (como en mi caso) cuando se necesita un abrazo no se pide... Vivan los Free Hugs!

26 de Mayo

Los días pasan a tu lado y cada día estamos mejor, y esto me gusta, no, miento, me encanta, me vuelve loca y quiero que nunca acabe, porque eres él, el único capaz de hacerme reír sin motivo, el único capaz de levantarme la moral con tan solo una mirada, el único que me estresa a cada minuto, el único que saca lo mejor de mi, el único que me hace extrañarle cuando no está, que me hace temblar cuando le veo, que me hace vivir cada momento al máximo, que me hace sentir la misma emoción con cada beso, como si fuera el primero...
Tú...esa persona imprescindible en mi vida, ese alguien que me llena a diario...creo que ha llegado un punto en que, sencillamente, no sé vivir sin ti. No podría estar viva sin tus besos, sin tus costumbres, sin tus llamadas, sin tus toques para despertarme, sin tus mensajes a lo largo del día, sin tus manías, sin tus sonrisas, sin tus caricias, sin tus te quieros...simplemente sin ti!
Puede que yo sea la única persona sobre la faz de la tierra que sepa que eres el hombre más fantástico de la tierra. Puede que yo sea la única que aprecie lo asombroso que eres en cada una de las cosas que haces y en cada uno de los pensamientos que tienes y en como dices lo que quieres decir...
Estos meses a tu lado han sido maravillosos y espero que sigan siendo muchísimos más y que esto no se termine nunca, porque sé que merece la pena y que eres el hombre de mi vida, porque tu eres mi vida, mis ganas de vivir, mis ganas de levantarme día a día, mis sonrisas, ,mi sueño, y ahora que te tengo a mi lado, te quiero a mi lado por y para siempre. Te quiero muchísimo cariño y siempre lo haré!
Tú y solo tú!

martes, mayo 25, 2010

Tokyo, mi gran sueño






























Ayer vi callejeros viajeros Tokyo por quinta vez, y sinceramente cada vez me enamora más esta ciudad. Solo sé que antes de morir tengo que ir a esta ciudad y conocerlo todo sobre ella, porque es el sueño de mi vida y quiero cumplirlo.
Quiero ver sus templos, quiero ir a esa calle donde se concentra tanta gente, quiero ver las grandes iluminaciones, quiero comprar comida en la calle y comer unos fideos rehechos, quiero pasear por la calle y cruzarme con millones de japones, quiero aprender japones, quiero ir a un hotel con una minuscula habitacion, quiero ver un monje en peregrinacion y darle una ayuda, quiero hacer de todo en Tokyo, porque me encanta y hasta que vaya no voy a parar...
¿Cómo puede ser posible que haya gente que diga que esto es horrible y que nunca irían? IMPOSIBLE

lunes, mayo 24, 2010

Perdona pero quiero casarme contigo

Me encanta este fragmento del libro, una carta de amor de Flavio a su mujer Cristina...
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Dicen que no se puede hablar de amor, sino sólo vivirlo. Es cierto. Yo también lo creo así. Si conozco el amor es unicamente porque tu me lo has hecho vivir y respirar. Lo he aprendido contigo. Aunque después he entendido que, en realidad no se aprende nada.
Se vive y basta, juntos, cercanos y cómplices. El amor eres tú. El amor soy yo cuando estoy contigo. Feliz. Sereno. Mejor. Todavía recuerdo la primera vez que te vi. Guapisíma. En medio de la pista de esa pequeña discoteca del Trastevere. Bailabas, te movías suavemente junto a tu amiga. Llevabas un vestido azul claro con unas hombreras finas que se balanceaban contigo. El pelo oscuro, rizado y suelto sobre los hombros. Seguías el ritmo con los ojos cerrados. Te vi y de golpe no pude dejar de mirarte. Mis amigos querían cambiar de local, pero yo quise quedarme. Me precipité a la barra del bar, pedí dos bebidas, me deslicé entre la gente con los vasos en alto para que nadie pudiese darles un golpe, y me acerqué a ti de espaldas mientras bailabas. Tu amiga se dio cuenta, te hizo un gesto con la barbilla y tú te volviste. De cerca eras aún más guapa. Te sonreí y te ofrecí uno de los vasos. Al principio pusiste cara seria, hiciste una especie de mueca, pero luego me sonreíste. Aceptaste el vaso y brindamos, dos desconocidos en medio de una pista de baile. Después hablamos. No sólo eras guapa, también simpática. A medida que te he ido conociendo he ido descubriendo tus mil cualidades. Soy un hombre afortunado. Mucho. Y cuando pienso en todo lo que hemos hecho juntos sonrío de felicidad. Nuestras minivacaciones en Londres, cuando cogimos el avión el viernes y regresamos el domingo. Los locos paseos por el Soho, la cena, hacer el amor en ese parque a riesgo de ser descubiertos. Y reír. E intentar hablar bien el inglés. Y meter la pata. Y luego, la vez que fuimos a Stromboli, en que caminamos cogidos de la mano por esos callejones estrechos y flanqueados por unas casas blancas y bajas, preciosas, llenas de plantas y de flores. Y la subida al volcán. Y las cenas de pescado en las terrazas de los pequeños restaurantes. Y la risa que me entró cuando te subiste a ese burro que se hacía el sueco cada vez que querías que doblase a la izquierda, y tú con esa cara tan cómica, un poco desesperada, propia del que se rinde. Y de nuevo nuestras veladas romanas, nuestros paseos hasta altas horas de la noche en los que jamás nos aburríamos, siempre teníamos mil cosas que decirnos y que contarnos. Después nos besábamos de repente y sentía la suavidad de tus labios apenas cubiertos de ese brillo con sabor a fruta que tanto te gusta. Cualquier noche, incluso la más sencilla, resulta especial contigo. No hace falta nada. Poco importa dónde estemos, a mí me parece siempre una fiesta. E incluso cuando reñimos, en contadas ocasiones, a decir verdad, en el fondo me diviertes. Porque dura poco y después hacemos siempre las paces.
Tengo mil recuerdos esplendidos de ti. A medida que pasa el tiempo me enamoró más y más de ti. Más de lo que creía posible. Te quiero cuando sonríes. Te quiero cuando te conmueves. Te quiero mientras comes. Te quiero el sábado por la noche cuando vamos al pub. [...] Te quiero ahora mientras lees mi carta, mi felicitación de San Valentín, y quizás te preguntas si no estaré un poco loco. Y no te equivocas. [...] Felicidades, amor mío...Pasaré a recogerte dentro de una hora. ¡Las sorpresas no se acaban aquí!

sábado, mayo 22, 2010

Las virgenes suicidas

La mañana en que a la última hija de los Lisbon le tocó el turno de
suicidarse —esta vez fue Mary y con somníferos, como Therese—, los
dos sanitarios llegaron a su casa sabiendo exactamente dónde estaba el
cajón de los cuchillos y el horno de gas y dónde la viga del sótano en la
que podía atarse una cuerda. A nosotros nos pareció que, como siempre,
salían demasiado lentamente de la ambulancia, mientras el gordo
decía en voz baja:
—Que no es la tele, tíos, aquí no hay que correr. Cargado con el
pesado respirador y la unidad cardiaca, pasó entre los arbustos, que
habían crecido monstruosamente, y cruzó el descuidado césped que
trece meses atrás, cuando empezó todo, estaba pulcro e inmaculado.
Cecilia, la pequeña —no tenía más que trece años—, fue la primera
en hacer el viaje: se cortó las venas, como los estoicos, mientras
tomaba un baño, y cuando la encontraron flotando en el agua teñida de
color de rosa, con los ojos amarillos de los posesos y aquel cuerpecito
que exhalaba olor a mujer madura, los sanitarios se llevaron un susto
tan grande al verla en aquel estado de sosiego, que se quedaron clavados
en el sitio, como mesmerizados. Pero de pronto irrumpió la señora
Lisbon dando gritos y la realidad de la habitación se hizo patente:
sangre en la estera del baño, la navaja de afeitar del señor Lisbon en el
lavabo, jaspeando el agua. Los sanitarios sacaron el cuerpo de Cecilia
del agua caliente, que acelera la hemorragia, y le aplicaron un torniquete
en los brazos. El cabello mojado le colgaba por la espalda y ya
tenía las extremidades azules. No dijo ni una palabra pero, cuando le
separaron las manos, encontraron una estampa plastificada de la
Virgen María apretada contra los pimpollos de sus pechos.
Esto ocurría en junio, en la época de la mosca del pescado, cuando,
como todos los años, la ciudad se cubre de tan efímeros insectos. Se
levantan entonces nubes de moscas de las algas que cubren el lago
contaminado, y oscurecen las ventanas, cubren los coches y las farolas,
cubren las dársenas municipales y cuelgan como guirnaldas de las
jarcias de los veleros, siempre con la misma parda ubicuidad de la
escoria voladora. La señora Scheer, que vive calle abajo, nos dijo que
había visto a Cecilia el día anterior al intento de suicidio. Estaba junto
al bordillo, con el antiguo traje de novia del que había cortado el
dobladillo y que nunca se quitaba de encima, observando un Thunderbird
envuelto en moscas del pescado.

Me encanta el libro con ese comienzo tan fascinante, al ver la pelicula antes que leer el libro fue magnifico al leer poder ver las imagenes en mi mente...